"Argentina... no lo entender铆as": la inefable locura mundialista

Natalia Kidd

Natalia Kidd

Buenos Aires, 20 dic (EFE).- Sobra cualquier intento de explicaci贸n porque lo inefable no se razona, simplemente se vive: un pa铆s entero ha sido pose铆do este martes por una locura mundialista sin fin.

Dos aviones de la Fuerza A茅rea de Argentina sobrevuelan una autopista colapsada de humanidad uniformada con los colores de su bandera. Cuatro millones de argentinos han colapsado Buenos Aires para rendir tributo a los campeones de Qatar 2022.

Si el domingo, cuando la 'Scaloneta' sell贸 su epopeya mundialista y sum贸 una estrella a su emblema, Argentina celebr贸 de un modo hasta entonces in茅dito, lo de este martes es ver para creer.

Cientos de autom贸viles se apostaron desde la noche de este lunes a la vera de la carretera por donde se preve铆a que pasar铆a el bus con los capitaneados por Leo Messi.

Otras miles y miles de personas montaron vigilia en los alrededores del Obelisco, en pleno centro capitalino, tambi茅n esperando el paso de la caravana albiceleste por la Avenida 9 de Julio.

Pero, entre la marea humana que literalmente bloque贸 la catalogada como la avenida m谩s ancha del mundo y la imprevisi贸n del operativo, el itinerario de la caravana ha ido cambiando una y otra vez a lo largo de las horas, obligando a los hinchas a desplazarse a otros puntos de la ciudad en una apuesta no segura para ver a los jugadores.

Unos miles se fueron a la Plaza de Mayo, escenario usual de manifestaciones, con la esperanza de que la selecci贸n se acercara hasta la Casa Rosada, sede del Ejecutivo argentino.

La Polic铆a, que no pocas veces protagoniza enfrentamientos con los manifestantes en los d铆as de protestas, esta vez activ贸 los camiones lanza agua, no para dispersar a la gente, sino para refrescarla en una jornada de sol pleno y calor.

Otros miles se desplazaron hacia la autopista de acceso a Buenos Aires que desemboca en la Avenida 9 de Julio, tambi茅n con la ilusi贸n de ver pasar a la 'Scaloneta' por all铆. Y al final terminaron subi茅ndose a la autopista, colapsando tambi茅n una de las v铆as clave en el itinerario inicialmente programado.

Ya entrada la tarde, el 贸mnibus de la selecci贸n, que parti贸 antes de las 11.30 horas (14.30 GMT) del predio de la Asociaci贸n del F煤tbol Argentino (AFA) en la localidad bonaerense de Ezeiza, avanza a paso de hombre y a煤n ingres贸 en territorio capitalino.

All铆 esperan en las calles m谩s personas que los 3 millones de habitantes de Buenos Aires, una ciudad donde ya no funciona ni el metro ni se respira otra cosa que no sea pasi贸n futbolera.

Las postales del fanatismo se repiten como en un caleidoscopio digno del realismo m谩gico.

Gente montada por horas en sem谩foros y luminarias p煤bicas. Ni帽os que nunca hab铆an vivido eso de ser campe贸n mundial brincando sin parar. Y hasta hinchas que ingresaron al Obelisco por la fuerza y subieron sus 206 escalones hasta la cima para ver el espect谩culo mundialista desde 67,5 metros de altura.

Cuando un extranjero pregunta a un argentino por las rarezas econ贸micas, pol铆ticas y sociales, del pa铆s suramericano, la mayor铆a de las veces es dif铆cil obtener una explicaci贸n razonable. Y solo recibe por respuesta: "Argentina... no lo entender铆as". EFE

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